jueves, 2 de octubre de 2014

Capítulo 473. Amsterdam Día 1: "El Defensor de los Mosquitos"



Sonando: DEATH TRIP (Iggy & The Stooges)


Los que esperen una historia de porros, ingesta de setas, etc..., que vayan saliendo por la puerta ordenadamente y sin atropellarse, porque Maite y yo hemos sido, posiblemente, los únicos que hemos ido a Amsterdam y no hemos entrado en un Coffe Shop... ni falta que hizo.

El viaje empezó temprano, como todos nuestros viajes, el avión (era Transavia) estaba muy bien para ser una low-cost, eso si, llegó con 40 minutos de retraso... . Al llegar a la estación de tren del aeropuerto de Amsterdam descubrimos algo que nos persiguió durante todo el viaje: los holandeses cobran por todo. Fuimos a sacar los billetes en la máquina, que teóricamente nos costaban 4 euros, pero resulta que añadian un euro por no se qué mierda y aparte, si solo comprabas ida, también se encarecian, curiosamente en taquilla eran algo más baratos pero sin llegar a los 4 euros prometidos... .

Al bajar del tren y salir de la estación nos dimos cuenta del otro gran peligro de Amsterdam: las bicicletas, artefactos de dos ruedas que son los amos absolutos de la ciudad, da igual que estés cruzando un paso de cebra o un semaforo en verde, las bicicletas tienen que pasar primero y si no lo hacen te increparan..., puedes estár sentado tranquilamente en la taza del lavabo, si un tio con una bici quiera entrar más te vale que te apartes. Nos subimos al ferry gratuito que atravesaba la bahia ya que al otro lado nos esperaba Scott,  nuestro anfitrión, dueño del hotel que, muy amablemente, pasó a buscarnos. Nos dijo que venia en un Nissan pequeño, y no mentia, era jodidamente diminuto, nos incrustamos como podimos y nos llevó al hotel.
El hotel estaba en un barrio muy bonito, era una especie de pueblo con casas unifamiliares, jardines abundantes, pequeños canales. Nuestra habitación tenia una terraza con vistas a un extenso campo verde poblado de vacas, todo muy bucólico, hasta que las vacas empiezan a mugir de madrugada... .

Las opciones para ir al centro eran dos, caminar 10 minutos a coger un autobus que nos llevaba al centro, o caminar 20 minutos hasta el ferry que nos cruzaba. La opción del ferry parecia la más rápida y, aparte, nos permitia pasear un poco..., craso error. Los 20 minutos fueron casi 30, el camino consistia casi totalmente en ir por enmedio de una carretera y el ferry era una locura multitudinaria, esa fue la primera y última vez que seguimos esa ruta. En el camino vimos unas curiosas viviendas construidas en contenedores de esos del puerto, a lo mejor son muy baratas y la ubicación está bien, pero llamadme tiquismiquis si no quiero vivir en un cubo de metal.. . Conseguimos colarnos entre el infierno de gente y bicicletas y entramos en el ferry.

Al llegar a tierra firme (bueno, todo lo firme que puede ser Amsterdam) lo primero que vimos fue una especie de máquina-orquesta, muy simpática los 5 primeros minutos, a partir de ahí puede ser considerada perfectamente un instrumento de tortura. Comimos con la máquina infernal de fondo y empezamos nuestra ruta del día.

Visitamos la Basilica de San Nicolas (solo el exterior), y continuamos hacia la biblioteca pública de Amsterdam (¡¡¡algo público!!!), ¿que hago yo en una biblioteca?, bueno, es la mayor de Holanda y tiene unas bonitas vistas desde la ciudad desde el último piso, además aproveché para explorar la inmensa discografia que tienen almacenada en los ordenadores y escuchar el "Raw Power" de Iggy Pop (y dejarlo sonando para culturizar un poco al siguiente que usara el artefacto). En la terraza descubrimos una maligna función del movil llamado "detector de sonrisas" que consiste en enfocarte la cara y que el movil te haga la foto cuando sonries.

En la puerta de la biblioteca, sobre el rio, habia un inmenso restaurante chino llamado "The Palace", continuamos hacia la zona del museo de la ciencia (que imita la forma de un barco) e intentamos hacer girar un molino de cubos de agua sin mucho éxito. Continuamos cruzando la bahia, allí habia un barco con apariencia de carabela (aquí aclaro para los despistados, carabela es lo de Colón, calavera es lo de los muertos, y Cavalera es el cantante de Sepultura) que después supimos que se trataba de una reproducción. Unos cuantos detectores de sonrisa más y continuamos hacia la Plaza Damm, aunque esta vez pasamos de caminar y fuimos en tranvia.

Si un día vais a Amsterdam amigos, no hace falta que busqueis la Plaza Damm en los mapas porque vayais donde vayais siempre acabareis pasando por allí, hasta el punto que sospecho que en realidad en Amsterdam hay como 6 o 7 Plazas Damm exactamente iguales.
En la Plaza Damm estaba el Palacio Real (llamado así porque vivia el rey) y la iglesia Nueva (llamada así porque es la iglesia nueva), en dias posteriores descubrimos la iglesia vieja, la iglesia del norte, la iglesia del sur..., pero no os voy a decir porque las llamaron así, investigad.

Seguimos hacía la casa de Anne Frank, cruzamos el puente más ancho de Amsterdam e hicimos una breve visita a una tienda de quesos (estaban cerrando). Llegamos a la Casa-Museo de Anne Frank, teniamos hora de visita y llegabamos un poco justos, 3 horas antes.
Dimos una vuelta por los alrededores, allí estaba la "Westerkerk" o Iglesia del Oeste, llamada así porque fue construida por el famoso arquitecto Paco Oeste (Franz Wester en holandes). Al lado de la iglesia había una estatua de Anne Frank y detras estaba el "Homomonument" dedicado al colectivo gay (tan querido por la iglesia) y justo al lado del "Homomonument" (que son tres plataformas triangulares enormes) el edificio "MacGyver", una casa donde todos los maceteros llevaban el logo de la serie, ¿por qué?, ni puta idea.

Continuamos con un paseo por el Barrio de Jordaan que seguramente es el barrio más bonito de la ciudad, lleno de bares, con tiendas curiosas, galerias de arte... . Entramos en un super donde compramos una botella de agua, al salir vimos que nos habian cobrado 25 céntimos de más..., entramos a protestar y resulta que te cobran el envase, en teoria luego lo devuelves y te reembolsan tus céntimos. Así que ya sabeis amigos, si vais a comprar agua en Amsterdam llevaros una garrafa de casa y que os la llenen y os ahorrais los centimos de más (y si alguien se toma en serio esto y lo hace por favor que lo grabe en video..

Regresamos a la zona del museo, intentamos entrar 45 minutos antes pero parece ser que no podia ser (nos dejaron pasar un momento al lavabo, eso si). Habiamos pillado hora porque por lo visto en el museo se hacian largas colas que podian durar hasta 2 horas y, efectivamente, en esos momento había una larguísima cola de 4 personas que en 1 minuto paso a ser de 0 personas. Estuvimos sentados un rato junto al canal y allí descubrimos que había un "Crucero Pizza" lo que nos dió una idea para el Domingo.

Entramos a la casa donde se escondió y escribió su famoso diario Anne Frank durante 3 años. En la casa cuentan la historia de la familia, de los otros habitantes de la casa y de la gente que les ayudó. La casa en realidad era una empresa que tenia una entrada secreta detrás de un archivador, todo esto estaba reproducido y todavia se conservaban algunas partes originales. Nos llamó la atención las escaleras, estrechas y muy empinadas, cuando las subias era fácil golpearse las rodillas con el escalón de encima, uno se podria preguntar como coño harian si un día tienen que subir un piano por allí..., pues esta pregunta tiene respuesta, pero si os la digo os haría spoiler del siguiente capítulo. La visita, en la que no se permiten fotos, concluia con el diario original y páginas sueltas que fue utilizando.

Después de la visita tocaba volver al hotel, pasamos por la estación en busca de algo de cena, yo solo me tomé un café y Maite cogió un sandwich..., la verdad es que todo lo que había en la estación tenia una pinta horrible, sobre todo una especie de máquinas de vending que vendian hamburguesas y cosas por el estilo.
Fuimos a la parada del bus, en un momento dado vi un mosquito en el cristal, sin dudarlo un momento chafé a ese asesino en potencia, de repente uno de los que estaban esperando vino a mi y me preguntó si me parecia divertido matar a un ser vivo, si amigos, en Holanda hay defensores de los mosquitos, Maite estuvo más rápida que yo en la respuesta y le dijo que "si es un ser vivo que pica sí". Al rato el señor volvio a dirigirse a nosotros y empezó a hablarnos de futbol, lo que da una idea de su cordura.

El trayecto en fue rápido, el bus pasaba por debajo del canal y nos dejaba al otro lado. Una vez bajamos empezamos nuestra pequeña odisea para volver al hotel (pequeña porque solo duraba 10 minutos), que incluia primero pasar por un callejón, que daba a un pequeño puente, seguido de un campo que salia a una carretera sin arcén, para acabar llegando al barrio donde estaba el hotel.
Ya en la habitación, matamos un mosquito enorme que dediqué al amigo del bus y caimos rendidos.

Puro_Trap. Matando por diversión.

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